Mitos y Realidades de Poligrafía

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Wilmar Herrera

24 septiembre 2025

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Una Mirada desde la Psicofisiología Forense

La poligrafía, comúnmente conocida como 'detector de mentiras', ha sido motivo de debate durante décadas, tanto en escenarios judiciales como en la opinión pública. Para muchas personas, esta técnica está rodeada de creencias erróneas que suelen generar confusión. En este documento buscamos aclarar estos mitos y explicar, de manera sencilla y fundamentada, qué es realmente la poligrafía y cuál es su papel dentro de la psicofisiología
forense.

Mito 1: El polígrafo detecta mentiras de manera
infalible

Realidad: El polígrafo no detecta mentiras. Lo que realmente hace es registrar cambios fisiológicos como la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la respiración y la conductancia de la piel. Estos indicadores pueden variar por múltiples razones, como ansiedad, miedo o nerviosismo, y no necesariamente por mentir. Por eso, los resultados siempre deben interpretarse dentro del contexto de la entrevista y bajo la experiencia profesional del examinador.

Mito 2: Cualquiera puede engañar al polígrafo

Realidad: Aunque existen intentos y técnicas para manipular los resultados, en la práctica la mayoría de las personas no logra alterar sus respuestas fisiológicas de manera consistente durante toda la prueba. Los examinadores entrenados son capaces de identificar patrones
atípicos y detectar posibles contramedidas.

Mito 3: La poligrafía es aceptada
universalmente en tribunales

Realidad: La aceptación del polígrafo como prueba varía según la legislación de cada país o jurisdicción. En muchos lugares se emplea como herramienta auxiliar en investigaciones, pero rara vez se admite como prueba concluyente en un juicio debido a las limitaciones inherentes y la posibilidad de falsos positivos o negativos.

Mito 4: El polígrafo es una herramienta
reciente y experimental

Realidad: La poligrafía cuenta con más de un siglo de historia. Gracias a los avances en psicofisiología y tecnología, ha evolucionado hacia protocolos más rigurosos y confiables. Hoy en día, el entrenamiento de los examinadores resulta fundamental para garantizar la calidad de los resultados obtenidos.

Conclusión

La poligrafía es una herramienta valiosa dentro de la psicofisiología forense, siempre y cuando se utilice de manera responsable y por profesionales capacitados. No es una máquina mágica para detectar mentiras, sino un instrumento de apoyo que, en combinación con entrevistas e investigaciones más amplias, puede aportar información relevante.
Desmitificar su uso es clave para comprender sus alcances y limitaciones.

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